Empezar conociendo a los
estudiantes y a su situación inicial.
Para poder empezar a darles los
ladrillos será necesario primero conocerlos y saber de sus habilidades y
fortalezas, para poder ofrecerles un tipo u otro de ladrillos.
Creo que todos hemos aprendido de
nuestra experiencia que aquellos profesores que no ponían ningún interés en
aprender los nombres de los alumnos no llegaban a conectar con ellos y no
inspiraban el aprendizaje. Recuerdo que mis mejores profesores eran los que
realizaban un esfuerzo extra para aprender los nombres de los alumnos de una
manera rápida. No podemos decir que estamos preocupados por el aprendizaje de
los alumnos si no les conocemos.